“No me considero una artista provocadora”
Menuda, de ojos negros y vestida de negro. El aspecto de Noelia Muriana (Murcia, 1972) contrasta con sus cuadros y esculturas de colores explosivos y marcados volúmenes. Eso sí, toda su obra tiene un claro mensaje feminista y de visibilización de los colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB).
Noelia Muriana posa frente a una de sus obras.
Sus piezas muestran desde orgías lésbicas o `drag kings´ hasta guardia civiles de labios y pezones rosados. Muriana no se corta, pone patas arriba cualquier cliché de sexualidad o género. En su exposición «Pomelos y martinis», que se puede ver en la Galería Babel desde el 25 de febrero hasta el 19 de marzo, nos lleva de viaje desde la mañana huertana hasta la noche murciana más diversa.
-¿Por qué su arte es claramente político, en este caso feminista y LGBT?
Desde hace años me siento muy comprometida por estas causas y estas personas, con las que yo me incluyo. Día a día tenemos que pelear todavía, por desgracia, para romper con las normativas que nos han impuesto esta sociedad y por ello mi trabajo intenta visibilizar y hacer una reflexión sobre estas cuestiones.
-¿Cree que el arte ha de ser político siempre?
No, pienso que eso va al gusto y la necesidad de cada artista, pero en mi caso sí. Pienso que todavía con el arte se puede enseñar y reeducar al espectador, por ello mi trabajo no puede quedarse en una mera estética decorativa.
-Juega mucho a contrastar los clichés masculinos y femeninos, ¿qué pretende con ello?
Pues intentar que la espectadora y el espectador sean conscientes de los roles que nos han marcado e impuesto ciertos intereses y así invitarles a que sean como quieran ser, no como les dicten las normas de la sociedad.
-¿Cómo es la vida en la huerta?
Desde hace unos años vivo en un pueblo de Murcia rodeado de huerta, y te puedo decir que es tranquilo, sucio, culturalmente vacío y demasiado religioso, y para mí la religión siempre ha sido machista y un veneno para el intelecto del ser humano.
Mis juguetes en la huerta de Noelia Muriana.
-¿Qué importancia tiene para usted el proceso artístico?
El arte lo es casi todo para mí. Pienso que el arte no es sólo crear algo físico, sino que es una forma de vivir, ser, estar y sentir.
A la hora de crear una obra artística utilizo mucho la intuición, así también puedo sorprenderme y emocionarme. Por supuesto, me documento cuando quiero hablar de algo y hago algunas pruebas, pero después el resultado suele cambiar bastante.
-Trabaja varias disciplinas, ¿cuál tiene mayor capacidad expresiva para usted?
Me siento cómoda con todos estos lenguajes artísticos, aunque principalmente en mi trayectoria profesional se me conoce más por el vídeo-arte. En función de cómo me imagine la obra que vaya a realizar elijo su técnica. Ninguna de ellas tiene más prioridad que la otra.
¿Hiriente?, ¿por qué? ¿una sexualidad fuera de lo convencional? ¿acaso la homosexualidad, bisexualidad o la transexualidad no son normales?
-¿Quiénes son sus principales influencias?
Mis influencias artísticas fueron: Pipilotti Rist en vídeo-arte, en pintura el cubismo decorativo de Tamara de Lempicka, también Frida Kahlo o René Magritte con su pintura surrealista; Guerrilla Girls por su lucha por promocionar la presencia de la mujer en el mundo del arte. Actualmente, me gustan mucho los vídeos de Brice Dellsperger y Jean-Luc la Verna, así como las pinturas de Juan Gatti.
-El crítico de La Verdad Pedro Soler cuestiona si en su obra «es necesario recurrir a escenas que puedan resultar hirientes por su incuestionable obscenidad». ¿Se considera provocadora o hiriente?
No me considero para nada una artista provocadora en el siglo XXI, simplemente plasmo con mi trabajo un reflejo de la sociedad. ¿Hiriente?, ¿por qué? ¿una sexualidad fuera de lo convencional? ¿acaso la homosexualidad, bisexualidad o la transexualidad no son normales? Igual que existe la monogamia, también existe el poliamor.
Ya está bien de tanta hipocresía, seamos adultos.
-¿Se ha enfrentado a la censura por su obra?
Por supuesto que sí y, no sólo por mi obra, sino simplemente por ser mujer. Primero, en algunas galerías y centros de arte, así como en museos de este país.
Sólo tienes que mirar sus páginas web y verás que en la sección de artistas casi todos son hombres, cuando en la carrera de Bellas Artes la mayoría de estudiantes son mujeres. Después en redes sociales, en web culturales o en periódicos ocurre lo mismo, también censuran.
¿Tienes novio? No gracias, no como cerdo de Noelia Muriana.
-Dígame un micro y un macromachismo que le duela.
No puedo soportar como casi cada semana que en este país maten a una mujer porque su asesino es un acomplejado inseguro cromañón. Tampoco soporto la expresión que se oye mucho en algunos pueblos de Murcia como el ¡me caguen Dios! o ¡hija de puta!, me río por no matarlos.
–¿Se siente respaldada como artista en la sociedad murciana?
No mucho, pero tampoco me preocupa. Tengo muy claro que si quieres sobrevivir en esta profesión tienes que proyectar tu trabajo fuera de aquí. Y como dice mi madre, “nadie es profeta en su tierra”.
Me siento querida y respaldada por los colectivos feministas y LGTB de Murcia y también por algunas galerías como Léucade, que fue la primera que se arriesgó en hacer una exposición mía titulada “No te dejes domesticar” a mediados del 2014, y ahora con la Galería Babel.
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